Tecnologías en las aulas universitarias: miradas de participación y género
Este encuentro se dedicó a la reflexión crítica sobre la innovación y la tecnología en la docencia universitaria, con un enfoque central en la participación y el género. Nos preguntamos, entre otras cuestiones, ¿Cómo estamos usando las tecnologías en las aulas universitarias? ¿desde qué enfoques incluimos las tecnologías en las aulas? ¿somos conscientes y tenemos evidencias de sus beneficios, así como de los sesgos que reproducen?
El punto de partida fue una encuesta piloto realizada al estudiantado de la Facultad de Farmacia de la UCM. Entre los principales resultados (Rodríguez, et al., 2025) se destaca: a) Los dispositivos más utilizados para tareas académicas (dentro y fuera del aula) son el portátil y el móvil, usados principalmente para comunicarse con el profesorado y para tareas de clase; b) El 100% de los encuestados señala a WhatsApp como la herramienta principal de comunicación; c) La mayoría percibe que las tecnologías mejoran el clima de aula y la participación, especialmente en grupos grandes; d) Se reconoce que el uso de las TIC también es una fuente de distracción y puede deshumanizar las relaciones docente-estudiante; e) No se hallaron diferencias significativas de género en el uso general, pero sí en la autopercepción y el tipo de uso, lo que indica que los sesgos clásicos de género persisten y se replican al integrar las tecnologías.
Como señala Ainara Zubillaga (2024), la innovación curricular trasciende la mera actualización de contenidos, la adopción de metodologías novedosas o el uso de tecnología. Implica una transformación profunda de la enseñanza que debe responder a las necesidades de un mundo cambiante, centrando la reflexión en el «para qué» de la tecnología. La innovación educativa, por tanto, es un proceso intencional y planificado que busca mejorar la calidad y relevancia de los procesos educativos y sociales.
En este marco de innovación, el trabajo de las redes docentes se centra en las percepciones de estudiantes y docentes sobre el uso de tecnologías y su impacto en la creación de espacios de confianza, corresponsabilidad y participación en la docencia. Se identifican tres ejes clave que vinculan las tecnologías con los enfoques de participación y género (Martínez y Sanz, 2023):
- Diferencias de Género: Persisten los sesgos clásicos de género en el aula, manifestados en roles y estereotipos patriarcales, dinámicas de participación en grupos grandes y diferencias en la autopercepción (las mujeres se perciben peor). Respecto a la tecnología, las mujeres muestran una mayor atención al aspecto creativo y visual y menor al contenido, intervienen menos en el desarrollo tecnológico, si bien tienen una mayor presencia en la biotecnología, por ejemplo. Es fundamental incorporar una mirada interseccional para contemplar sesgos por clase, etnia, lengua e identidades, explorando la realidad del impacto del uso de las tecnologías en las dinámicas de aula y sus brechas y desigualdades.
- Participación: Las tecnologías pueden romper brechas de participación y su uso está en aumento muy vinculado a las metodologías activas. No obstante, se evidencia un escaso pensamiento crítico en su aplicación y uso; además, se detecta que facilitan la participación en dinámicas como grupos grandes, pero no siempre en grupos pequeños, y pueden generar deshumanización y la reproducción de noticias falsas (fake news) o contenido no contrastado. Es urgente incorporar una perspectiva ética y crítica en estos usos.
- Retos: a partir de los problemas detectados se apuesta por reflexionar e incorporar al debate en torno al uso de las Tic en la docencia universitaria las siguientes dimensiones: la ausencia de discursos críticos y participativos en el uso de las TIC, la deshumanización, la tensión entre Dispositivos y Cultura de Uso, la confusión entre Digitalización de la Universidad y Digitalizar la estrategia, la dicotomía entre lo Urgente y lo Importante, el contraste entre el Enfoque instrumental y el procesual, y la persistencia de una Formación unidireccional no participativa.
A partir de estas conclusiones, surgen los siguientes interrogantes centrales: ¿Para qué las TIC en las aulas universitarias? ¿Qué enfoque les damos los/as docentes? ¿Quién o quiénes se ocupan de enseñar una digitalización responsable y crítica en la universidad? ¿Cómo incluimos una perspectiva de género interseccional en el uso de las TIC?
En resumen, las jornadas PartyGen e InnovaMedo concluyen que la integración tecnológica debe ir más allá de la mera adopción de herramientas “divertidas” o “llamativas”. La clave no es la cantidad de dispositivos, sino el «para qué» y el «cómo» se integran en el proceso de enseñanza-aprendizaje en clave crítica.
El debate subraya una paradoja: las tecnologías tienen el potencial de democratizar la participación y mejorar el clima del aula, pero también pueden reproducir sesgos de género (de clase, de etnia o capacitistas) y deshumanizar las interacciones si no se abordan con un enfoque crítico y reflexivo.
La evidencia indica que, si bien la brecha de género en el acceso a la tecnología se ha reducido, la brecha en la autopercepción y el tipo de uso persiste. Esto exige una formación del profesorado universitario que, más allá de las habilidades técnicas, promueva la confianza y desafíe los estereotipos arraigados. Por lo tanto, el reto para los/as docentes universitarios es doble: por un lado, superar la digitalización instrumental para centrarse en un uso procesual, crítico y pedagógico, facilitando un aprendizaje significativo y colaborativo desde un enfoque crítico, feminista y participativo; y, por otro lado, abordar de manera consciente los sesgos de género (e interseccionales) que se perpetúan, promoviendo una perspectiva de género interseccional en el diseño y uso de las tecnologías en las aulas vinculadas a las metodologías activas.
Todo ello, debe conducir a la toma de conciencia sobre las brechas de género en las aulas. Desde estas redes docentes, se apuesta por crear espacios de diálogo reflexivo donde la comunidad universitaria pueda debatir sobre el propósito educativo y social de las herramientas tecnológicas, no solo sobre su funcionamiento “por modas”. Este camino permitirá avanzar hacia una educación superior más equitativa, participativa, feminista y humana, donde la tecnología sea un motor de cambio efectivo que genere toma de agencia y no una simple tendencia.
Notas
[1] Red PartyGen, https://www.ucm.es/partygen/
[2] Red InnovaMedo, https://www.ucm.es/innovamedo/
Referencias:
Martínez, Irene y Sanz, Jon (2023). Miradas a la participación y al género en las aulas universitarias. La Catarata.
Rodríguez-Rodríguez, Elena, Sanz Landaluze, Jon & Martínez Martín, Irene. (2025). Innovación y tecnología en el aula universitaria: Participación y Género. En ApredeTic libro de actas. Ediciones Complutense.
Zubillaga, Ainara. (2024). Innovación educativa en España: de dónde venimos y a dónde vamos. Claves para el siglo XXI. Cuadernos de pedagogía, 540. Obtenido de https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=9310184
Autoría:
Irene Martínez Martín, Jon Sanz Landaluze, Elena Rodríguez
UCM, grupo INDUCT; Red PartyGen-UCM; Red InnovaMedo-UCM