«Estudios de Futuros» en Educación. Un método multidisciplinar para estudios prospectivos en Tecnología Educativa

La relación entre la educación y el futuro es algo incuestionable. Los objetivos educativos se proyectan en perspectiva temporal, ejecutando estrategias que catalizan el desenvolvimiento individual, social y profesional de los individuos. Desde esta visión, los «Estudios de Futuro», como disciplina prospectiva, desempeñan un papel esencial en el ámbito educativo al proporcionar herramientas teóricas y metodológicas que permiten proyectar expectativas, anticipar efectos y fomentar la reflexión crítica en el proceso educativo (Miller et al., 2018).  Aclaramos que los «Estudios de Futuros» no tienen como función la predicción, sino la anticipación de diferentes futuros: el probable, el posible y el preferible (Kupferman, 2022). Su finalidad es fomentar enfoques más críticos y creativos para concebir, aplicar, representar y discutir el futuro y sus transformaciones (Miller & Sandford, 2018). Al explorar diversas perspectivas y escenarios futuros, estos estudios enriquecen la visión pedagógica por introducir nuevas ontologías, epistemologías y metodologías, como el postmaterialismo, posthumanismo y postestructuralismo (Maneti et al., 2022), que contribuyen significativamente a la formación de una pedagogía más inclusiva y adaptable a los desafíos cambiantes de la sociedad y las tecnologías. Soñar con lo que viene, es necesario para anticipar los diversos potenciales de los futuros educativos, y así favorecer una actitud proactiva hacia la situación, en lugar de retroceder hacia ellos y esperar que lo hagamos bien en su momento (Kupferman, 2022). Es por ello que se afirma que los «Estudios de Futuros» contribuyen a cambiar las formas de trabajar y conceptualizar el futuro en educación y que promueven dinámicas transformadoras.

La «Alfabetización en Futuros» («Futures Literacy») es un concepto que ha tomado especial relevancia en los últimos años, aunque aún no tiene una definición completamente clara (Karlsen, 2021). Implica la capacidad de imaginar y dar forma al futuro, es decir, en cómo el futuro influye en tu percepción y acciones, aprendiendo a aplicar estrategias para construir resiliencia y oportunidades para nuestros futuros. Esta capacidad se ha reconocido como una habilidad importante para la educación actual, que puede potenciar la exploración de nuevas maneras de comprometerse con lo que sucede en el mundo (Menéndez-Alvarez-Hevia et al., 2022). Pero se advierte que este tipo de estudio sobre alfabetización en futuros en educación, se debe abordar desde visiones pluralistas y estar abierto a una diversidad de perspectivas, explorando y desafiando aquellas visiones arraigadas sobre cómo podríamos abordar la alfabetización a través de diversas maneras de concebir futuros potenciales (Gladwin et al, 2022). No perdamos de vista que, por ejemplo, en el ámbito de la EdTech quienes diseñan ese futuro suelen ser las multinacionales tecnológicas, junto con las organizaciones internacionales con influencia en las administraciones públicas (v.gr. OECD) que, posteriormente, desarrollan las políticas educativas. Pocas veces son los propios profesionales de la educación a quienes se les permite diseñar su propio futuro digital.

Desde la Tecnología Educativa, los «Estudios de Futuros» nos aportan un método para anticipar los desafíos éticos, sociales y económicos que pueden surgir en este nuevo paisaje educativo y a diseñar políticas y prácticas que promuevan la equidad y la inclusión en un mundo cada vez más digital. La «Alfabetización en Futuros», analizada de este campo de conocimiento, puede contribuir al desarrollo de las metodologías, las narrativas y las ontologías posthumanistas en contextos educativos, que desafíen realmente la barrera de lo formal. Desde este punto de vista, la Tecnología Educativa nos ofrece una perspectiva amplia para analizar las tendencias de investigación, abordar los desafíos y oportunidades que generan las tecnologías y los entornos educativos cambiantes y crear un espacio generativo e interdisciplinar para transformar conceptos y prácticas.

Existen múltiples métodos y estrategias de investigación en los «Estudios de Futuros» que podemos aplicar al ámbito de la Tecnología Educativa, dependiendo del enfoque del estudio. Los tres métodos que vemos más fundamentados para este campo de conocimiento, en este momento, podrían ser:

1. a) Taller de visualización. El taller de visualización es una herramienta que se puede utilizar para ayudar a las personas a comprender mejor su papel en la creación de su futuro. Esta técnica es desarrollada originariamente por el futurista europeo, Robert Jungk, con el objetivo de ayudar a las personas y organizaciones a tomar conciencia de sus posibilidades en la creación de nuestro futuro personal y común. Se desarrolla en cuatro fases (Cingel Bodinet, 2016), comenzando por una fase de preparación que sirve para aclarar la organización y los objetivos del trabajo. Una segunda fase de crítica en la que se pide a los/as participantes que identifiquen e investiguen el problema principal, buscando, analizando y comprendiendo a fondo viarios aspectos del mismo. La tercera es la fase de fantasía, en la que se crean imágenes futuras preferidas. Finaliza con una cuarta fase de implementación, en la que se pide a los/as participantes que redacten un plan de acción detallado ara el futuro inmediato y lejano que les ayudara a lograr sus futuros imaginados preferidos.
2. b) Narrativas o ciencia ficción social. La narración desempeña un papel fundamental en los «Estudios de Futuro»s (EFs), ya que las historias tienen el poder de transformar la ciencia y, en última instancia, moldear el futuro (Fernández-Peñuelas, 2022). La ciencia ficción social es el mejor ejemplo en el imaginario social de los «Estudios de Futuro»; no para predecir, sino para anticipar. Es un tipo de narrativa «no real» que puede ser adoptada como un modo de pensamiento valioso para el científico social (Gerlach y Hamilton, 2003). Su utilidad radica en su capacidad para explorar el presente y configurar nuestras percepciones del porvenir, y va más allá de la anticipación de tecnologías aparentemente inverosímiles, contribuyendo a la planificación de escenarios en los «Estudios de Futuro» y facilitando la contextualización de prototipos tecnológicos.
3. c) Diseño de Escenarios Futuros. En este método, el estudio de futuros se apoya en la disciplina de «Pensamiento de Diseño» (Design Thinking), para construcción de los posibles escenarios futuros. El Design Thinking (DT) es un método que utiliza la manera de trabajar de diseñadores y diseñadoras para crear productos y servicios adaptados a las necesidades de usuarios y usuarias (Brown, 2008), ya que tiene como objetivo resolver problemas para los que puede haber múltiples soluciones, a través de un proceso analítico y creativo que permite generar ideas innovadoras (Razzouk & Shute, 2012). Por lo que DT supone un proceso de exploración y estrategia creativa muy importante a la hora de deseñar o prototipar los escenarios futuros. Un ejemplo de implementación del Design Thinking en los «Estudios de Futuros» es el método DEFLEXOR, que nace de una serie de retos planteados, divididos en cuatro fases (Manetti et al., 2022). La primera fase se desarrolla el «enfoque del briefing» que conlleva preguntas como ¿por qué…? ¿y sí…?, que ayudarán a comprender y empatizar con el tema y se construirá el equipo. La segunda fase corresponde a la recopilación de la información y análisis con herramientas de previsión. La tercera, es la de pensamiento paralelo y divergente. La última fase, consiste en la visualización y prototipación de escenarios, así como validación y selección de datos.

La relación entre los «Estudios de Futuros», la Educación y la Tecnología Educativa se puede concebir como un «nodo» interconectado y dirigido a la transformación y la innovación educativa, donde la anticipación y la reflexión crítica son fundamentales para la planificación y la transformación pedagógica. Esta sinergia abre un horizonte de posibilidades en el que la educación se adapta continuamente y se enriquece mediante la exploración de futuros diversos, donde la tecnología jugará un papel crucial en la formación de una ciudadanía competente, para abordar los desafíos del mañana de manera más proactiva.

Referencias