DUA 3.0 como eje de alineación curricular hacia la calidad educativa

La inclusión educativa se resiente cuando planificamos para un ‘alumnado promedio’ y añadimos apoyos a posteriori. La alternativa consiste en diseñar desde el inicio para la variabilidad real del aula. Ahí, el Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA) resulta clave. Como marco de diseño curricular, el DUA propone anticipar barreras, ofrecer múltiples vías de acceso al contenido, diversificar la participación y habilitar distintas formas de demostrar lo aprendido. Este enfoque transforma la programación, la metodología, y la evaluación, y exige además una formación docente coherente, con un lenguaje común, herramientas compartidas y ejemplos concretos.

En sintonía con esta premisa, el proyecto I+D+i DUAINCLUDIG investigó qué condiciones posibilitan y qué barreras obstaculizan la aplicación del DUA en el aula y en la cultura de centro, activando acciones de formación docente e implementación curricular que convirtieron el marco en decisiones sostenibles. Entre sus resultados destaca la Caja de herramientas DUA, diseñada para la transferencia directa a la programación y al día a día del aula (https://duaincludig.es/caja-herramientas-dua-bienvenida); y un MOOC de carácter formativo alojado en Udemy, orientado a la capacitación y la puesta en marcha en los centros.

Para situar los recursos y las decisiones de centro en su debido contexto, conviene repasar brevemente la evolución del DUA y su actualización más reciente. Desde su concepción como modelo de diseño aplicado a la arquitectura en el año 1997 hasta la actualidad, el concepto de DUA se ha de nutrido de numerosos autores hasta llegar a ser el modelo en el que sentar las bases de cualquier propuesta curricular inclusiva que queramos llevar a nuestras aulas hoy en día.

En estos momentos, hablar de DUA nos sitúa en la versión 3.0 del modelo. Con la misma esencia que el original, eliminar las barreras para el aprendizaje y la enseñanza, esta nueva versión pretende ofrecer un marco más inclusivo y accesible que nunca, que responda al momento educativo de cambio actual. La meta no es la educación inclusiva, esto es un requisito para aproximarnos a la verdadera meta que es la educación de calidad (Alba, 2022).

Esta actualización refuerza la idea de diseñar desde el inicio para la variabilidad, enfatiza la participación significativa del alumnado y la autorregulación, y demanda coherencia entre políticas, prácticas y cultura profesional de los centros. Con ello, el DUA 3.0 orienta un currículum que garantiza acceso, participación y progreso y aporta un lenguaje común para sostenerlo.

Con este horizonte, el paso natural es traducir la actualización del DUA al propio currículum. La implementación del DUA en el ámbito escolar implica revisar y adaptar los elementos curriculares para que se ajusten a las necesidades y características de todos los estudiantes (Toapanta et al, 2025).

Estructurar el currículum al servicio de la inclusión requiere de una programación integral del mismo, y alineado con la adquisición de competencias, universalizando los saberes básicos para que todo el alumnado disponga de herramientas que le permitan seguir aprendiendo a lo largo de la vida. Todo ello demanda flexibilización de tiempos y espacios, y creación de ambientes planificados de aprendizaje; en definitiva, una estructura pedagógica que asegure la presencia, la participación y el progreso de todos, eliminando cualquier barrera que pueda presentarse (Castrillo-Álvarez et al., 2025).

El DUA en los objetivos se concreta al formularlos como desempeños observables y transferibles, compartir criterios de éxito desde el inicio y prever rutas de acceso diversas sin rebajar el listón, incorporando oportunidades para planificar, monitorizar y revisar. En los saberes básicos, universalizar supone anticipar barreras previsibles —terminología, densidad textual, formatos únicos— y ofrecer representaciones múltiples y accesibles. Resúmenes, esquemas, apoyos visuales o auditivos, manipulativos y recursos digitales compatibles con tecnologías de apoyo facilitan la entrada y la profundización con andamiajes retirables. En las competencias, la clave está en vincular criterios comunes y transparentes con evidencias variadas. Una misma competencia puede demostrarse con explicación oral o escrita, producción digital, resolución de un caso o prototipo, mientras la metacognición se trabaja con planificaciones por hitos y listas de verificación.

En el diseño de actividades y situaciones de aprendizaje, el DUA propone un punto de partida accesible para todo el grupo y vías de profundización, con consignas claras, ejemplos modelo y tiempos flexibles. La participación se diversifica mediante roles y elección informada de herramientas, cuidando la carga cognitiva y la accesibilidad de los entornos físicos y digitales. En la evaluación, se sostienen los mismos criterios de logro y se aceptan evidencias diversas para demostrarlos. Rúbricas compartidas desde el inicio y feedback breve y frecuente orientan la mejora, mientras el portafolio o la revisión iterativa hacen visible el progreso sin confundirse con la calificación.

En definitiva, el DUA no añade capas: alinea objetivos, saberes, competencias, actividades y evaluación para anticipar barreras desde el inicio. Así, la inclusión deja de ser ajuste puntual y se convierte en un criterio de diseño compartido.

 

Referencias bibliográficas

Alba Pastor, C. (Coord.) (2022). Enseñar pensando en todos los estudiantes: El modelo de diseño universal para el aprendizaje (DUA). SM.

Castrillo-Álvarez, D., Pérez-García, F., Zarrias-Ruiz, E., Sánchez-Guerola, D. & Arribillaga-Sagastibeltza, A. (2025). DUALIZA-TE: Diseño de entornos educativos y situaciones de aprendizaje en clave DUA. JONED. Journal of Neuroeducation, 6(1), 110-120. https://doi.org/10.1344/joned.v6i1.47566

Toapanta, R.C., Bastidas, E.A., Auquilla, M.M., & Tierra, J.E. (2025). Importancia de la aplicación del DUA como modelo didáctico en el desarrollo de los currículos de Educación General Básica. Revista Imaginario Social, 8(2), 95-106. https://doi.org/10.59155/is.v8i2.290

 

Autoría:

Inmaculada Pedraza-Navarro & Fátima Romera Hiniesta

Grupo de Investigación, Evaluación y Tecnología Educativa (GIETE)

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