La transformación digital de la docencia universitaria: el ejercicio de los 4 futuros

En el marco del proyecto de investigación «La transformación digital de las titulaciones universitarias. Las analíticas académicas, las subjetividades y el rendimiento en tiempos prepandémicos y durante la COVID-19» (UNIDIGIT@L), Ref.: TED2021-130743B-I00 (https://transformaciondigital.webs.ull.es/), se llevó a cabo un estudio de futuros utilizando la técnica denominada «Ejercicio de los 4 futuros» de Dator. Durante una jornada, en sesiones de mañana y tarde, un equipo integrado por nueve miembros de la comunidad universitaria (PDI, estudiantes y PTGAS) se reunió con el objetivo de analizar futuros probables, posibles y preferibles en relación con la transformación digital de la docencia universitaria. La diversidad en la composición del grupo buscó garantizar la pluralidad de perspectivas y la construcción colectiva de visiones sobre el futuro de la institución en su proceso de transformación digital.

La investigación se estructuró en varias sesiones de trabajo en las que se exploraron cuatro escenarios de futuro (Crecimiento, Colapso, Disciplina y Transformación) y una sesión de cierre orientada a la visualización del futuro preferido. Las dinámicas se inscriben en la tradición de los estudios de futuros, que proponen reflexionar sobre alternativas posibles y plausibles como estrategia para orientar la planificación institucional y favorecer procesos de anticipación estratégica. Un informe completo de este estudio está disponible en Zenodo (https://doi.org/10.5281/zenodo.17140904)

El uso de «futuros alternativos» (o «escenarios») se aplica en el contexto de una institución u organización con la finalidad de planificar y avanzar hacia su futuro preferido.

Los componentes necesarios de un proceso de visualización de futuros son los siguientes, en este orden: 1) Valoración del pasado y comprensión del presente. En primer lugar, debe construirse una comprensión común de la historia de la comunidad o grupo implicado, remontándose al origen —si es posible— y no solo al pasado inmediato. No es viable pensar de forma útil y creativa sobre el futuro de algo sin comprender su razón de ser y las múltiples facetas de su pasado. Para esta actividad se utilizó la técnica «Análisis de Retrospectiva Organizacional», que ayuda a reflexionar sobre eventos pasados y a entender cómo han influido en el desarrollo de la organización. Permite identificar eventos clave (implantación de nuevas infraestructuras, cambios en los planes de estudio, proyectos de innovación docente, etc.), debatir logros y desafíos, e identificar su impacto en la actualidad conectando pasado y presente. 2) Pronóstico de aspectos de los futuros. En segundo lugar, deben analizarse los posibles desafíos y oportunidades. En nuestro caso, el grupo realizó un análisis DAFO para identificar factores internos (fortalezas y debilidades) y externos (amenazas y oportunidades). 3) Experimentación y visualización de futuros alternativos. En tercer lugar, y de manera crucial, se experimentan cuatro futuros alternativos basados en distintas combinaciones de tendencias. Este ejercicio prepara a los participantes para visualizar un futuro preferido para la comunidad, fundamentado en el pasado, el presente y los futuros alternativos analizados. Visualizar el futuro preferido es el objetivo principal de todo el proceso. Para ello se emplearon narrativas multimedia para cada uno de los cuatro escenarios y la técnica COCD BOX para clasificar ideas y tomar decisiones estratégicas, especialmente útil en contextos de innovación y resolución de problemas, al permitir evaluar y priorizar ideas según su viabilidad e impacto organizacional.

Todas las imágenes del futuro pueden agruparse en cuatro categorías genéricas: los cuatro futuros alternativos. Son «genéricos» porque las imágenes específicas que pertenecen a cada uno comparten bases teóricas, metodológicas y de datos que los diferencian de los restantes. Cada alternativa tiene rasgos «buenos» y «malos»; ninguna es, por sí misma, buena o mala. No existe un «escenario óptimo» ni uno «desfavorable», ni tampoco un «escenario más probable». A largo plazo, las cuatro formas genéricas tienen la misma probabilidad de ocurrencia, por lo que todas deben considerarse con la misma atención y seriedad.

Escenario «Crecimiento»

Este escenario imagina un mundo que continúa expandiendo economía, tecnología y consumo como motores principales del progreso. La innovación digital, la biotecnología y la automatización aumentan la productividad, abren nuevos mercados y prometen mejorar la calidad de vida. Las ciudades se densifican, la educación se vuelve más flexible y personalizada, y la ciencia se orienta a resolver cuellos de botella: energía abundante, alimentos sostenibles, salud preventiva y logística inteligente. No obstante, el crecimiento continuo exige coordinación y vigilancia. Para sostenerlo, se asumen fuertes inversiones en infraestructuras y la implementación de regulaciones adaptativas que aporten equidad, bienestar y resiliencia, además de cooperación entre universidades, empresas y gobiernos para acelerar la transferencia de conocimiento hacia soluciones aplicadas.

Escenario «Colapso»

Este escenario describe una ruptura profunda de los sistemas que sostienen nuestras sociedades. Su origen se halla en crisis interdependientes —climática, energética, sanitaria y geopolítica— que reducen la capacidad de Estados y mercados para coordinar necesidades básicas como agua, alimentos, energía, información o seguridad. El acceso desigual a bienes y servicios agrava los conflictos sociales. La confianza en instituciones y expertos se resiente, mientras se priorizan soluciones locales menos complejas y más fiables. La tecnología no desaparece, pero su disponibilidad es irregular y costosa. La ciencia se reorienta hacia la adaptación: salud pública esencial, agroecología, resiliencia hídrica, refugios climáticos, gestión de emergencias y formación para el riesgo. El colapso no supone necesariamente un «fin», sino un punto de inflexión que puede dar lugar a nuevos enfoques y soluciones.

Escenario «Transformación»

Este escenario plantea un cambio profundo en la manera de vivir y organizar nuestras sociedades. No se trata de mejorar levemente lo existente, sino de hacer las cosas de otra manera. La economía pone el foco en el cuidado de las personas y del planeta. El éxito no se mide solo por el crecimiento económico, sino también por el bienestar, la justicia y el respeto a los límites de la naturaleza. La ciencia es abierta: comparte datos y herramientas, dialoga con otros saberes y escucha a la ciudadanía. Surgen laboratorios ciudadanos y proyectos colaborativos. El trabajo se organiza en redes y cooperativas; se aprende a lo largo de toda la vida, con credenciales transferibles entre empleos y universidades. La política y las instituciones introducen nuevas formas de decisión: procesos participativos, reglas claras para los algoritmos y evaluación pública de la innovación. Se impulsan infraestructuras modulares, energías renovables y ciudades adaptadas a los riesgos ambientales.

Escenario «Disciplina»

Este escenario imagina una sociedad que decide fijar límites claros para vivir dentro de los márgenes del planeta. Se reducen consumos superfluos, se prioriza la reparación frente a la compra y se reorganiza la vida cotidiana para ahorrar energía, agua y materiales. La tecnología no desaparece, pero se usa con criterio: soluciones robustas, abiertas y mantenibles. Las ciudades apuestan por la cercanía —barrios con servicios esenciales, movilidad activa y espacios verdes— y por economías locales que acortan las cadenas de suministro. La política define reglas firmes: estándares ambientales exigentes, transparencia de datos y evaluación pública de los proyectos. La educación refuerza competencias cívicas. El progreso se mide con indicadores como educación, salud, calidad del aire, seguridad alimentaria y cohesión social. Pueden surgir tensiones por restricciones o desigualdades si las normas no se aplican de forma justa o aparecen tentaciones autoritarias. La clave es combinar reglas claras con participación ciudadana, rendición de cuentas y apoyo mutuo, para lograr una vida más sobria, estable y digna.

En nuestro estudio, el escenario de Colapso concibe la transformación digital de la docencia universitaria lastrada por la escasez: faltan recursos para financiar infraestructuras y ecosistemas tecnológicos; proliferan actitudes tecnófobas entre parte del personal y del estudiantado; y la oferta crece de forma desordenada hasta una «eduhiperinflación» que satura el sistema y devalúa credenciales. A ello se suman graves problemas de deshonestidad académica que erosionan la confianza en lo digital. El resultado es un ecosistema frágil, reactivo y de calidad irregular. En el escenario de Crecimiento, las universidades impulsan la digitalización mediante una gestión inteligente: se optimizan procesos con apoyo tecnológico, se avanza hacia una educación digital sostenible adoptando el Diseño Universal para el Aprendizaje y se generaliza la formación personalizada apoyada en plataformas de aprendizaje avanzadas. El clima pedagógico fomenta la creatividad digital y convierte a docentes y estudiantes en cocreadores de experiencias formativas más pertinentes y de mayor alcance. En el escenario de Disciplina, la digitalización progresa, pero fuertemente encauzada por políticas de control: se imponen regulaciones administrativas estrictas, se estandarizan procesos bajo normas de calidad auditadas por agentes externos y se consolida un aprendizaje estructurado, con currículos homogéneos en entornos predefinidos. La integridad se asegura mediante códigos éticos y marcos legislativos, a costa de menor flexibilidad e innovación pedagógica. Finalmente, en el escenario de Transformación, la universidad reimagina su misión: se crean espacios de innovación (laboratorios y centros colaborativos), la tecnología se vuelve «invisible» gracias a una conectividad 360° integrada en la experiencia, y la comunidad de aprendizaje diseña itinerarios individualizados en colaboración. El sistema favorece la autorregulación a través de microcredenciales y formación continua, articulando trayectorias fluidas entre aprendizaje, trabajo e investigación.

En conjunto, el «Ejercicio de los 4 futuros» permite a la comunidad universitaria ensayar rutas de decisión frente a escenarios divergentes y, desde ahí, consensuar principios compartidos para su futuro preferido: una transformación digital con propósito pedagógico, equitativa, abierta y sostenible, que fortalezca la calidad del aprendizaje y la misión social de la universidad.

Referencias

Dator, J. (2019). Jim Dator: A Noticer in Time: Selected work, 1967-2018 (Vol. 5). Springer International Publishing. https://doi.org/10.1007/978-3-030-17387-6

Valverde-Berrocoso, J. (2025). Escenarios de futuros: Anticipación estratégica en la transformación digital universitaria. En M. Area-Moreira, J. Valverde-Berrocoso, y B. Rubia-AVi (Eds.), Transformación digital de la enseñanza universitaria. Analíticas académicas y escenarios de futuro (pp. 63-84). Octaedro.

Valverde-Berrocoso, J., Acevedo Borrega, J., & González-Fernández, A. (2025). Transformación digital de la educación universitaria: Un estudio de futuros. Zenodo. https://doi.org/10.5281/ZENODO.17140904

Autoría:

Jesús Valverde Berrocoso
Grupo de investigación: «Nodo Educativo»

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