Las bondades de la transformación digital de los centros educativos
Como contrapartida, sería necesario adoptar una actitud crítica y responsable, dado que las tecnologías están muy presentes en nuestra cotidianeidad. Una educación integral, con la participación e implicación de todos los miembros de una comunidad educativa, sería una buena alternativa deseable para no adoptar la posición más cómoda, a la par que errónea.
Un claro ejemplo de esto es el caso de la comunidad autónoma de Andalucía. En el curso académico 2018/2019 puso en marcha el Programa de Transformación Digital de Centro (PRODIG). Este tenía como finalidad promover el desarrollo de la competencia digital en toda la comunidad educativa. Se trataba de un programa en el que los centros se adscribían de manera voluntaria, y con ayuda de la administración pública, trabajarían para mejorar dicha competencia en los centros educativos, desde una perspectiva holística. Esto se traduciría en dotar de equipamiento tecnológico e infraestructuras a los centros participantes, así como facilitar pautas, guías, formación específica que permitiera mejorar la digitalización del profesorado y alumnado, contando con la participación de las familias en muchos aspectos. No obstante, cuando el programa llevaba en funcionamiento un año y medio, irrumpió la situación de excepcionalidad de la pandemia por motivos del COVID-19.
En este contexto, se ponen de manifiesto las múltiples carencias que existen a nivel tecnológico en los centros educativos, siendo necesario regular el proceso de transformación digital de estas organizaciones para pasar de procesos tradicionales a digitales instaurándose nuevas prácticas (García-Peñalvo, 2020; García-Peñalvo y Correll, 2020; Ramírez-Ramírez, 2021). En este caso, el Programa de Transformación Digital Educativa (TDE) se implementa mediante instrucción el 31 de julio de 2020, y es de obligada participación para todos los centros docentes públicos de Andalucía hasta la actualidad. De manera anual, la Junta de Andalucía establece los hitos que son de necesario cumplimiento para los centros educativos. De esta forma, mediante las actuaciones planificadas y acometidas durante el curso, y la evaluación del progreso de la transformación digital experimentada, podemos seguir la evolución de los centros. Les permite identificar puntos fuertes y débiles, para poder establecer las futuras líneas de trabajo.
Explicado esto, al lector le pueden surgir dudas acerca de cuán fructífero es este planteamiento. Primeramente, será necesario entender que cada centro presenta una casuística diferente en cuanto a equipamientos tecnológicos, nivel de competencia digital del profesorado y alumnado, implicación de las familias, preocupaciones que prevalezcan por encima de la transformación digital. Esto hace que cada uno trace su plan de trabajo, sin que puedan compararse de manera sistemática.
Atendiendo a esto, cuando nos acercamos a los centros educativos, ¿qué observamos después de estos años de trabajo? En términos generales, el profesorado manifiesta satisfacción y bienestar derivado de los avances experimentados. Ver cómo el alumnado avanza, no solo en el uso instrumental de la tecnología en las facetas más ociosas, sino que la incorporan en sus procesos de enseñanza y aprendizaje, adquiriendo un mayor compromiso y motivación, sin olvidar el cariz responsable y ético a la hora de usarlas. Los centros presentan apertura al cambio para adaptarse a las demandas emergentes del contexto, llegando a convertir las acciones iniciales en pautas y tradiciones compartidas en materia digital, comprobando cómo se instaura como parte de su cultura escolar relegando cuestionamientos, asociados al proceso, a infinitésimos planos. Se genera una identidad corporativa a través de la homogeneidad y cohesión de los miembros del equipo educativo. De igual manera se ha puesto de manifiesto el compromiso de la Administración Pública a la hora de dotar de equipamiento, viendo como el inventario tecnológico de los centros aumenta anualmente según las necesidades manifestadas.
Si bien es cierto que, los avances en cuanto a incorporación y capacitación en el uso de las tecnologías son lentos si los comparamos con la velocidad con la que avanzan las tecnologías, sus innovaciones, sus usos, … pero esto no debe mermar nuestro propósito de trabajar en pro de educar a nuestra sociedad para un uso crítico, ético, seguro y responsable de las tecnologías. Debe primar el pensamiento en el que lo más seguro para nuestros jóvenes es trabajar con ellos, desde una educación responsable que les permita adoptar posturas críticas. Son más que evidentes que el fruto de un trabajo constante, en el que participen todos los miembros de una comunidad educativa, pueden poner de manifiesto todas las bondades de la tecnología que acabarían con los eternos debates y cuestionamientos acerca de la prohibición de las mismas dentro de las aulas. Solo hace falta saber encontrar el equilibrio para compaginar la rapidez con la que evolucionan, en contraposición con el tiempo y el reposo que necesita el ser humano para poder incorporar nuevos aprendizajes asociados a estos cambios.
Referencias bibliográficas:
García-Peñalvo, F. J. (2020). El reto de las Instituciones Educativas ante la pandemia COVID–19. 9º Congreso Iberoamericano de Aprendizaje Mediado por Tecnología (CIAMTE) (Ciudad de México, México, 21 al 23 de octubre 2020). Grupo GRIAL. doi:10.5281/zenodo.4104425
García-Peñalvo, F. J. y Correll, A. (2020). La CoVId-19: ¿enzima de la transformación digital de la docencia o reflejo de una crisis metodológica y competencial en la educación superior? Campus Virtuales, 9(2), 83-98.
Ramírez-Ramírez, M. (2021). Transformación digital en las Universidades: Proceso en épocas de COVID-19. Revista Ibérica de Sistemas e Tecnologias de Informaçao, 42, 593-602
NOTA FINAL: Este texto se enmarca dentro de un trabajo de tesis que lleva por título: La Transformación Digital De Los Centros Educativos En Andalucía: Estudio De Casos.
Autora:
Ángela López-Gracia
Grupo de Investigación, Evaluación y Tecnología Educativa (GIETE)
Universidad de Sevilla