De cómo las redes sociales pueden estar influyendo en las decisiones socioeducativas, ¿investigamos?
Por otro lado, la creciente conciencia sobre la importancia de la igualdad de género entre mujeres y hombres está permitiendo contar con un corpus teórico que facilita el estudio de los problemas sociales y educativos complejos desde otra mirada, un enfoque desde la perspectiva de género.
En este caso, si se aplica una mirada con perspectiva de género al análisis de los datos sobre abandono escolar temprano, se puede identificar una brecha en chicos, es decir, una tasa de abandono escolar temprano mayor en chicos que en chicas.
Las pedagogías críticas y feministas ayudan a analizar estas situaciones desde otros puntos de vista, incorporando criterios basados en evitar los estereotipos y sesgos de género en las propuestas socioeducativas que se puedan generar para acompañar al alumnado es este tipo de decisiones.
En busca de posibles orígenes de esta brecha de género, aparece un factor que puede estar dándonos una clave interesante: la conformación de la identidad masculina hegemónica, es decir, aquellos factores que inciden en la construcción cultural de la identidad masculina deseada por un sistema patriarcal.
Si se profundiza en este proceso cultural, pueden detectarse diferentes ejes que estarían influyendo en cómo los chicos conforman su subjetividad, acercándose a una masculinidad con rasgos hegemónicos, como la búsqueda del poder y la dominación, el valor de ser líder, el comportamiento agresivo o la anulación de alguna emociones y sentimientos; para llegar a conseguir un estatus social adecuado, a través de la aceptación de los y las demás.
Este proceso de socialización diferenciada de género, por el que los chicos llegan a ser chicos, está mediado por diversos agentes educativos clásicos: la familia, la escuela y la comunidad. Pero en los últimos años aparece con fuerza un espacio que influye de manera importante en este proceso educativo: el espacio virtual conformado por Internet y las aplicaciones de redes sociales virtuales.
Explorando este medio, se identifican contenidos y referentes que, con sus discursos e imágenes, influyen en la conformación de la subjetividad masculina. Se pueden encontrar algunas cuentas y perfiles que exploran y valoran la diversidad de ser hombre, ofreciendo imaginarios alternativos… pero también se encuentran muchos perfiles, normalmente los más seguidos por los chicos adolescentes, que difunden un perfil muy concreto de masculinidad hegemónica. Desde una perspectiva feminista, estos últimos serían los discursos más peligrosos, ya que transmiten un rol para los hombres que, aunque pueda parecer a simple vista atractivo y beneficioso, oprime tanto a éstos como a las chicas y mujeres con las que se relacionan.
Pero si queremos empezar por el principio deberíamos centrarnos en la problemática en la que queremos poner el foco, que, como se ha comentado al principio del artículo, se trata del abandono escolar temprano.
No cabe duda, viendo los últimos datos, de que existe una brecha de género importante. En este caso, las situaciones de abandono escolar temprano se dan cuando el alumnado decide dejar el sistema educativo y formativo habiendo únicamente conseguido titular en el nivel escolar secundario o inferior y no continuando a otros niveles superiores, como pueden ser el bachillerato o la formación profesional de grado medio, u otra formación que les permita contar con una cualificación que favorezca la consecución futura de un empleo adecuado para satisfacer sus necesidades vitales.
Aunque la tasa de abandono escolar sigue en descenso en España, desde un 26,3% en 2011 a un 13,7% en 2023, continúa siendo de las más altas de Europa, que cuenta con una media en la actualidad de 9,5%.
En torno al sexo, se puede destacar que, en España, de la tasa de abandono escolar temprano para 2023, este fenómeno se da en un 16% en chicos y 11,3% en chicas. Pero no solo encontramos esta situación en nuestro país, si nos fijamos en otros países o, incluso, en los datos europeos, la media de los países de la Unión Europea para el mismo año fue de un 11,3% en chicos y un 7,7% en chicas.
Así mismo, si se traza un perfil de la juventud que abandona tempranamente la escuela se encuentran distintas aportaciones desde la evidencia científica, entre las que destaca el ser hombre como uno de los factores de riesgo (Consejo de la Unión Europea, 2011; García, 2013; Mora, 2010; Serrano, 2014).
Analizando estos datos surge la pregunta… ¿Qué está afectando a los chicos para que tomen la decisión de abandonar los estudios de manera temprana que no afecta en igual medida a las chicas? ¿Puede esta brecha de género tener alguna relación con la socialización de género diferenciada? Es decir, ¿están los chicos aprendiendo a ser chicos de una manera que puede estar afectando a sus decisiones de abandonar la escuela de manera prematura?
Indagando para poder dar una respuesta adecuada a esta pregunta, encontramos que, social y culturalmente, existen unos mandatos de género que pueden estar influyendo, como hipótesis, en decisiones sociales y educativas importantes para las trayectorias vitales del alumnado, en este caso, masculino.
Si centramos la atención en la cuestión de la masculinidad hegemónica, el modelo actual basado en el sistema patriarcal pasa por algunos aspectos generales, que parten de la necesidad de dominación, acompañada de la agresividad, el poder y el control; así como la asociación de los atributos masculinos con una mayor nivel de actividad y de toma de riesgos.
Normalmente, la socialización de género parte de un sistema binario y excluyente, donde los chicos tienen como referencia un modelo masculino que parte de ser contrario al modelo femenino hegemónico. Por lo tanto, se sancionan todos aquellos atributos que se asocian a la expresión de emociones y sentimientos, que se relacionan con la ternura, el diálogo como estrategia de resolución de conflictos y mostrarse vulnerable a las demás personas, así como el autocuidado y los cuidados a otras personas del entorno.
De este modo, surgen algunas situaciones de conflictividad, que pasan, en algunos casos, por comportamientos violentos, hacia sí mismos o hacia las demás personas, por roles determinados de ser que reúnen las características antes descritas, así como problemas de autoconocimiento y autoestima y otras implicaciones a nivel emocional.
Como describe Salazar (2018), la masculinidad se considera asociada a algunos presupuestos normativos como, entre otras, el trabajo práctico y físico, la responsabilidad de ser proveedor de la familia, la responsabilidad de proteger a su entorno o el enfrentamiento con las normas que quieran someter o dominar.
Son precisamente estos últimos rasgos los que más pueden afectar a la hora de decidir abandonar estudios para adentrarse en un mercado laboral no cualificado, que puede ser atractivo en un corto plazo, pero que a largo plazo no permite un itinerario profesional vinculado a trayectorias de éxito, entendido este último como poder cubrir las necesidades vitales de los chicos de manera adecuada.
Pero se pueden encontrar muchos perfiles en redes sociales de chicos y hombres referentes con discursos que promueven el éxito en otro sentido, desde la obtención de ingresos de manera sencilla y sin esfuerzos, acumulando riqueza, valores masculinos patriarcales o la autodisciplina física y mental. Es lo que se denomina el discurso de los hombres de alto valor (high-value men), con bastantes cuentas y perfiles en redes sociales como Instagram o Tik Tok en las que acumulan millones de seguidores.
Muchos de ellos dedican su vida profesional, entre otros ámbitos, a actividades de formación y eventos donde transmiten sus conocimientos sobre cómo conseguir vidas de lujo y éxito, entendidos desde este discurso que vincula con la masculinidad hegemónica, y que seduce a tantos y tantos chicos, sobre todo adolescentes, que ven en sus enseñanzas una alternativa al esfuerzo y la paciencia para seguir un itinerario más seguro, enriquecedor y positivo.
Aludiendo a un falso pensamiento moderno, se recuperan de este modo formas de ser hombre muy tradicionales y dentro del sistema patriarcal, que no dan valor al componente humano y social, si no que pregonan el éxito elitista y el sexismo, que como vemos, está pudiendo afectar también a que los chicos y los hombres puedan adquirir otros aspectos con los que quizás puedan disfrutar más, como la vivencia de la riqueza emocional, la descarga de responsabilidades familiares, el aprendizaje y el conocimiento más teórico y académico o el placer de vivir experiencias no materiales con relaciones sanas e igualitarias.
Quizás futuras investigaciones donde se analicen estos perfiles y sus discursos puedan darnos algunas claves sobre los roles masculinos emergentes, con las que los profesionales de la acción socioeducativa puedan acompañar mejor a chicos en la adolescencia, tratando de aportar otras formas de habitar su masculinidad para construir proyectos de vida más saludables, igualitarios y enriquecedores.
Bibliografía
Consejo de la Unión Europea. (2011, 28 de junio). Recomendación del Consejo. Relativa a las políticas para reducir el abandono escolar prematuro. Diario oficial de la Unión Europea C 191/01 https://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/PDF/?uri=CELEX:32011H0701(01)&from=EN
Eurostat (2023). Explotación de las variables educativas de la Encuesta de Población Activa / Indicadores del Marco Estratégico para la Cooperación Europea en Educación y Formación (2021-2030).
https://www.educacionfpydeportes.gob.es/servicios-al-ciudadano/estadisticas/laborales/epa.html
García, M. (2013). Absentismo y abandono escolar. Síntesis.
Mora, A. J. (2010). Determinantes del abandono escolar en Cataluña: más allá del nivel socio-económico de las familias. Revista de Educación, (1), 171-190. https://repositorio.minedu.gob.pe/handle/20.500.12799/1193
Salazar, O. (2018). El hombre que no deberíamos ser. La revolución masculina que tantas mujeres llevan siglos esperando. Planeta.
Serrano, L. (dir.). (2014). El abandono educativo temprano: análisis del caso español. IVIE.
Autor:
Sergio Jorge Fernández Ortega
Grupo INDUCT